
«Todos estamos a tiempo de desarrollar una alergia a lo largo de nuestra vida»
Uno no nace alérgico, se hace. Aunque la alergia puede llegar a provocar una reacción severa no hay que tenerle miedo. Lo importante es llegar a un diagnóstico preciso, adoptar medidas de evitación o pautar un tratamiento, según los casos, y hacer un seguimiento periódico.
SILVIA LARA, ALERGÓLOGA
¿Cuál es la función de un alergólogo?
Diagnosticar aquellas enfermedades en las que el sistema inmunológico está involucrado de una u otra forma. Solemos manejar enfermedades respiratorias (rinitis, conjuntivitis, asma…); enfermedades alérgicas alimentarias (que se pueden traducir en urticarias, edemas o reacciones más severas); reacciones medicamentosas (desde una urticaria a una reacción anafiláctica); e incluso reacciones cutáneas causadas por una alergia de contacto. Nuestra función es diagnosticar si se trata o no de una alergia.
¿Y una vez diagnosticada?
Siempre hay un tratamiento sintomático para aliviar los síntomas o la situación aguda, que puede prescribir el médico de atención primaria o de urgencias. Y luego un tratamiento más especializado, que solo puede prescribir el especialista.
¿Se nace con alergia o se adquiere?
Uno no nace alérgico. Para hacernos alérgicos necesitamos un contacto previo. Con el devenir de la vida, con el contacto con las cosas, es como nos podemos hacer alérgicos. Por ejemplo, una persona ha ido tocando y comiendo melocotones a lo largo de los años, sin problema. Y llega un momento en que su sistema inmunológico decide que aquel alimento o su piel es nocivo para su salud. Entonces genera anticuerpos, es la sensibilización al melocotón. La siguiente vez que hay contacto, toca o come un melocotón, se produce una reacción.
¿Por qué unas personas acaban siendo alérgicas y otras no?
Hay diferentes hipótesis. Parece que hay un componente genético: no significa que nazcas con esa alergia, tampoco es una herencia ligada a los genes, pero sí hay una predisposición genética a desarrollar una alergia. Otro factor es la contaminación: las partículas diésel procedentes de la combustión de los coches pueden favorecer el desarrollo de una alergia. Eso no significa que las personas que viven en el mundo rural no sean alérgicas. También se ha visto que niños que nacen por el canal uterino, no por cesárea, adquieren una mayor inmunidad innata y desarrollan menos alergias.
¿La edad es un factor determinante?
Siempre decimos que la alergia es más de gente joven. El porcentaje de personas que se sensibilizan a los 70 o 80 años es menor. Pero no hay nada imposible. Estas personas tienen unas patologías que precisan medicación de manera rutinaria y pueden acabar haciéndose alérgicos a fármacos. Todo el mundo, en cualquier época de nuestra vida, desde que nacemos hasta que morimos, estamos a tiempo de desarrollar una alergia.
Una alergia, ¿se cura?
Depende. Las alergias son muchas y muy diversas. La alergia de un niño a un alimento se cura en la mayoría de casos, o acaba tolerándola. Con la mayor parte de las alergias ambientales acabamos conviviendo, porque suelen persistir en el tiempo. Para ellas hay tratamiento específico a través de la inmunoterapia (vacunas). El paciente no deja de ser alérgico, pero sí conseguimos que no padezca los síntomas que tenía antes.
¿Es fácil convivir con una alergia?
Depende mucho del tipo de alergia. En determinadas alergias alimentarias, hay pacientes que están limitados a la hora de comer. Hoy los especialistas tenemos la capacidad de llegar a un buen diagnóstico, que nos permite dar un tratamiento más idóneo, así como unas medidas preventivas o de evitación, según los casos, que ayudan a que la calidad de vida del paciente alérgico sea mejor que años atrás.
En esta zona, ¿hay unas alergias más comunes que otras?
Sí, es una zona donde hay mucho paciente alérgico. La población está bastante sensibilizada y es alérgica, no solo a un alérgeno sino a varios. A nivel ambiental, suele haber problemas por alergia a polen; el del olivo, gramíneas y salsola son los más frecuentes. En niños, sobre todo alergia al hongo de la humedad (alternaria). En esta zona se generan unas condiciones bastante favorables a la exposición e inhalación de estas esporas de hongos. Y hay bastantes pacientes con alergias a alimentos; entre ellos, el melocotón, nectarina, paraguayo y frutos seco, ya sea en forma de urticaria por contacto con la piel o por ingestión.
¿Qué debemos hacer ante la sospecha de una alergia?
Visitar al especialista, al alergólogo. Primero, para llegar a un diagnóstico, si es o no es alérgico. Si es alérgico, determinar a qué lo es. A partir de aquí, qué medidas de evitación o qué tratamiento debe hacer. Y hacer un seguimiento periódico.